CARTA ABIERTA A MI AMIGO ANTONIO

 

 

Amigo Antonio, que así es como te consideraba, en los años 80, esta carta me ha costado mucho hacerla publica, pero es una satisfacción moral, de la cual no me quiero privar ni yo, ni los míos, a los cuales tu, sin ningún tipo de remordimiento, ni conciencia has hecho tanto daño, sobre todo en nuestra economía, que gracias al esfuerzo de mi esposa y mío, hemos podido pagar TU DEUDA, CON MAYÚSCULAS y que considero muy importante, que el lector de este periódico, el cual me brinda, la oportunidad de dar mi opinión de vez en cuando, en todo tipo de temas, también me va, a brindar, la oportunidad, de lanzar a los cuatro vientos, que clase de persona eres, como perjudicado, en una trama que preparaste, deliberadamente, para engañar, no solo a mí, si no a tu propia familia, madre, hermanos, ¡menudo elemento!, pero de mi boca, como católico que soy, no va ha salir ningún insulto hacia tu persona, aunque te los mereces todos, pero el Señor y el esfuerzo diario de una familia, que ha salido adelante, pagando sus cosas propias y la deuda de su mal amigo Antonio, después de casi 13 años, no te has dignado a interesarte, por nosotros, no, nos has devuelto ni una peseta, de lo que nos quitaste, como un ladrón, que se oculta, después de haber delinquido, pero enfin, estas perdonado y tu deuda, con el Banco, después de todos estos años, esta pagada, con el sudor y el trabajo de dos buenas personas, como el resto a los que engañaste, pero al fin y al cabo era tu propia sangre y yo fui un buen amigo confiado, que puse todo el patrimonio de mi familia, a tu disposición, por hacerte un favor, no lo dude ni un solo instante, gracias Antonio, por recompensármelo así, clavándome un puñal por la espalda, valga la metáfora. Y esto que me ha pasado a mí, sirva de ejemplo, para cualquier persona, que le pidan que firme, o avale a otra persona, en una operación bancaria, crédito, préstamo, etc. Ya que los Bancos son muy despiadados, cuando se ven perdidos y que, la deuda contraida, por el deudor, no se les va a pagar, inmediatamente, se tiran como buitres, contra los avalistas, o pardillos, como ellos les llaman, que como en mi caso, son los que van a pagar, hasta la ultima pesetas, se pongan como, se ponga, les embargaran el sueldo, la casa etc.

Pero en fin, Antonio, muchas gracias por enseñarme, abrir los ojos y ver que todas las personas no son como yo, son como tu, despiadadas y sin conciencia y no les importa, seguir engañando, para conseguir sus fines.

Fdo.- Manuel Esteban Lozano